Testimonio de Raúl Ferrero
Raúl Ferrero nació en la ciudad de Santa Fe, Argentina, en 1957. Vivió en dicha ciudad y sus alrededores hasta los 19 años de edad, en un hogar religioso y de buena moral, pero sin conocer realmente a Dios. Fue trabajando en una fábrica en Zárate, provincia de Buenos Aires, cuando por primera vez alguien se le acercó y le explicó el sencillo mensaje del Evangelio. Así fue que en 1978, reconociendo sus pecados y su perdición, recibió al Señor Jesucristo como su Salvador personal.
Poco tiempo después comenzó a congregarse en la Iglesia Cristiana Evangélica, en calle San Martín N° 19, en Zárate, donde el 4 de Febrero del año 1979 dio testimonio público de su fe pasando por las aguas del bautismo. Desde entonces fue un apasionado del estudio y de la comunicación de la Palabra de Dios.
Habiendo obedecido el claro llamado del Señor para servirle a tiempo completo, desde entonces y hasta el día de hoy, por la Gracia del Señor, puerta grande y eficaz le fue abierta para ministrar la Palabra de Dios en Iglesias, Institutos Bíblicos, Escuelas Bíblicas, Conferencias, como así también a través de materiales escritos, grabaciones de audio y videos en Youtube.
Su programa radial “Semillas Al Aire” se escucha diariamente en https://www.semillasalaire.com.ar y en muchas radios de varios países de habla hispana.
En su canal en Youtube presenta varias series de videos ministrando la Palabra de Dios y anunciando el Evangelio de Jesucristo
Y en sus Tours por Israel, con adecuada información y exposición bíblica, instruye a muchas personas para una mejor comprensión de Las Escrituras y para conocer mejor al Mesías de Israel, nuestro Señor Jesucristo.
Su meta y su esfuerzo se centran en imitar el ejemplo de Esdras, en Esdras 7:10: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la Ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.”
Su anhelo y oración se sintetizan en las palabras del Salmo 71:17-19: “Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad, y tu potencia a todos los que han de venir, y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.”